ANGIOSPERMAS. MATORRAL MEDITERRÁNEO.

JARA
JARA

Como resultado de la acción humana sobre los bosques climácicos, aparecen formaciones arbustivas a las que se conoce como matorrales. Estas formaciones, se pueden interpretar como sucesiones regresivas del bosque mediterráneo primitivo, aunque a veces suponen un avance progresivo si se eliminan los factores que provocaron tal regresión.

 

El matorral es una comunidad vegetal densa, de plantas leñosas perennifolias, que normalmente se encuentran ramificadas desde la base.

 

Los matorrales proporcionan múltiples beneficios: hábitat, alimento y cobijo al ganado y a la fauna silvestre y cinegética.

Entre los beneficios directos, es decir los que producen un aporte económico, se pueden citar: plantas aromáticas que se utilizan como condimento, infusiones medicinales, esencia para perfumes, etc. (tomillo, orégano, laurel, poleo, jara pringosa...); frutos como alcaparras, madroños...; como sombrajo (brezos, esparto...).

Como beneficio indirecto se debe entender la importancia ecológica de este tipo de vegetación ya que facilita la aireación del suelo, la circulación del agua, amortigua los cambios bruscos de temperatura, consiguiendo un microclima y un enriquecimiento de la zona que favorecerá el crecimiento de especies arbóreas que en el futuro formarán el bosque. También disminuyen la escorrentía superficial, con lo que evitan la erosión del suelo. Además acumulan materia orgánica en los estratos superiores del suelo. Muchas especies son resistentes al fuego y otras colonizan el terreno tras la acción de éste evitando la erosión, como las jaras.

 

 

Dentro de los matorrales se pueden distinguir dos tipos principales: el matorral noble y el matorral de degradación.

 

El matorral mediterráneo noble está constituido por las plantas leñosas que formaban el parte del bosque climácico mediterráneo. Está constituido por arbustos que forman un estrato alto, denso y diverso en cuanto a su composición: mirto (Myrtus communis), lentiscos (Pistacia lentiscus), cornicabra (Pistacia terebinthus), madroño (Arbutus unedo), acebuche (Olea europaea var. sylvestris), durillos (Viburnum tinus), labiérnago (Phyllirea angustifolia), etc.

En este tipo de matorral es frecuente que las flores sean pequeñas, mientras que los frutos son grandes y apetecibles, para atraer a aves que los comen y dispersan.

 

El matorral de degradación es propio de suelos más infértiles, inestables y degradados. Sus flores suelen ser grandes y de vivos colores, que atraen a un gran número de insectos que favorecerán la polinización. Suelen poseer resinas y sustancias aromáticas. Estas plantas tienen una gran capacidad colonizadora o pionera y un carácter cosmopolita.

Entre las plantas que forman este tipo de matorral están las jaras y jaguarzos (Cistus sp. y Halimium sp.), romero (Rosmarinus officinalis), lavandas (Lavandula stoechas), tomillos (Thymus mastichina, T. capitatus, ect), brezos y brecinas (Erica sp. y Calluna vulgaris).